(…)Es por eso que uno trepa montañas, rema furiosamente en las aguas blancas, camina en el desierto y busca lugares remotos; para quitarse de encima lo superfluo, para eliminar las barreras protectoras entre lo que llama su yo y algo mucho mayor. Y las montañas vuelven a tentarte a treparlas y los ríos a navegar […]